Mi plaza de la Magdalena

miércoles, 8 de abril de 2009

Ayer, naufragó tu barca, Mari Trini


...
Ayer, al compás de los sones de un Vals de Otoño, nos ofreciste tu última actuación. Dejándonos muy claro que nunca fuiste paloma blanca que baila el agua, cuando en aquellos revueltos 70 reivindicabas sin pudor, pero con la suavidad de un poema, los derechos femeninos; o en las repetidas ocasiones en que te enfrentó la enfermedad.
Sé que no has podido terminar tu Libro de Poemas; pero quién no escribió un poema al recordar tus canciones, verdadera poesía cada una de ellas, con las que viajamos en el recuerdo hasta aquellos momentos de amores y desamores,
cuando la lluvia caía.
Querida trovadora nos dejas una bonita herencia de confesiones, por eso te amaremos, te amamos y te querremos.
Verdaderamente ayer, a todos se nos cayó una estrella en el jardín.

.

No hay comentarios:

Publicar un comentario