Mi plaza de la Magdalena

domingo, 16 de agosto de 2009

MI PLAZA

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Hoy por ser mi cumpleaños he querido rescatar esta entrada que hice allá por el mes de Abril, que se refiere a esa plaza de mi Córdoba donde nací , en la que pasé gran parte de mi infancia y adolescencia y a la que tengo un especial cariño

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Supongo que con el tiempo y la ausencia todo se idealiza, seguramente es lo que me pasa a mí cuando recuerdo la plaza dónde nací, mi Plaza de la Magdalena. Por eso me gustaría comentar con alguien que hubiera vivido en ella aquellos últimos 50 y primera mitad de los 60, si la recuerda así como yo:







Iglesia fernandina, cobijadora del laberíntico entramado de casas y callejas,
que bajo su amparo fueron surgiendo a lo largo de los años. Conocedora de tanta
Historia y tantas historias que por sus puertas pasaron; de amor cuando las
bodas, de dolor en los entierros, de alegría en cada bautizo. Observadora
constante del quehacer de las gentes que por su plaza pasaban o
paseaban.
Calle de Los Muñices de solariega y noble casona.
Sinuosas Callejas de
Santa Inés, por donde el miedo corría bajo la tenue luz de sus escasos y viejos
faroles, en los oscuros anocheceres de invierno.
Calle Crucifijo y su ermita
siempre cerrada, sacristía transformada en lechería y aquella primera amistad de
que fui consciente.
Ancha de la Magdalena, olor a pan recién
horneado.
Calle Arenillas, paso obligado al colegio.
Afluentes todas ellas
de vida a la plaza, que como paciente y cariñosa abuela acogía todo y a
todos.
Domingos de olor a jeringos antes de la Misa de doce, y de
largas colas para la función infantil de las tres.
Casas de
plateros ya sencillas y de enjambelgadas fachadas ya suntuosas y
envidiadas, ¡preciosa casa de los Aguilar!
Puesto de golosinas, el de
“Rafalita”.
El corazón de la plaza, su jardín, donde una flacucha chiquilla
disfrutaba correteando por sus ya desaparecidos poyetes y donde cada amanecer,
despertaran en sus bancos, olvidadas palabras de amor que la noche anterior se
jurasen parejas de enamorados, acurrucadas en sus recoletos
rincones.
La lluvia sobre el empedrado, repiqueteo constante en largos
días de invierno.


Castigadores agostos tras la estera del balcón.
Noches de cine de verano en la
amplia azotea blanca de cal y jazmines; albahaca; príncipes; tus rosas tita; el
botijo blanco en un pilar sudando de agua fresquita. ¡Mi casa!


Sí, así la recuerdo, así te recuerdo y te añoro plaza mía. Mi placita de la Magdalena.
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4 comentarios:

  1. Acabo de descubrir que el Google Maps es un rollo macabeo. Por tu pluma acabo de ver la plaza de La Magdalena en 6 dimensiones y con olor a pan y jeringos. Creo que ha habido un momento en que hasta he podido oler los jazmines.
    Deberías patentar el Google Camps antes de que se te adelanten.
    Yerni

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  2. Ha quedado perfecto.

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  3. Reitero lo dicho el 2 de abril pero añadiendo
    ¡FELICIDADES!
    A yerni

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  4. ...apeadero
    de ilusiones
    sembradas
    de
    tus
    campanillas
    al irse
    el dia
    y abrirse
    la boca
    con imaginacion
    por volar
    desde
    una estrella
    hasta este
    acogedor
    rincon
    del alma...

    con un ferte abrazo afectuosamente capanilla
    desde mis : horas rotas...repletas de fantasiaamar, sentir y vivir
    todas las sensaciones
    que den paz En este tiempo
    para descansar,
    ,
    sosiego y
    tranquildad a nuestro corazon.
    Desde mis HORAS ROTAS,
    y AULA DE PAZ
    un afectuoso abrazo y
    cariño compartido
    siempre desde el alma
    saludos
    de amistad:
    ---Jose Ramon

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