Mi plaza de la Magdalena

jueves, 20 de agosto de 2009

VEN A MI REFUGIO

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Amiga/amigo que hoy decides visitarme,
te invito a entrar directamente al refugio de mi corazón.

Si aceptas mi invitación,
no habrás de pasar controles ni esperas en tediosas salas.

Si deseas acompañarme,
pasa de largo las antesalas de diferencia de raza, edad, religión o cultura.

Tampoco temas no pasar el control del aspecto físico.
Sólo tendrás que tocar a mi puerta,
utilizando la llamada de una mirada directa y franca, de tus ojos a los míos,
y tendrás acceso directo a ese mi resguardado rincón de abrigo y protección.

Dentro,
cada invierno,
al lado de la lumbre, una mesa camilla, un aromático y humeante café y
una amena conversación;
cada verano,
dos viejas mecedoras, en el frescor de un patio recién regadito y
aromatizado de jazmín, albahaca y yerbabuena,
con el estrellado cielo de la noche andaluza por techo.

Te estaré esperando siempre,
para sin juicios ni prejuicios,
hablar de nuestras cosas,
de las tuyas y de las mías.
O simplemente dejar pasar las horas,
en la intimidad del silencio compartido,
que a veces dice más que mil palabras.

Estoy segura que será terapia acertada
que mitigue miedos, ansiedades, preocupaciones, tristezas...
dolores del alma que a todos nos atormentan.

Al despedirnos sólo un abrazo y un "te comprendo, amiga/amigo".
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