Cuando cae la tarde y la brisa de nuestra sierra tan cercana,
cargada con sus propios olores a tomillo, romero... a ermitas blanqueadas,
remueve las hojas de sus plantas
y los mezcla con los aromas del azahar y la hierbabuena, de la albahaca y de la primera rosa de esta nueva etapa,
nuestra terraza se inunda de una incomparable fragancia,
la fragancia de cada mes de Abril en Córdoba.
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