Mi plaza de la Magdalena

viernes, 8 de mayo de 2009

ES MUCHO MÁS





No es el olor a azahar, jazmín o dama de noche
Ni el del romero, la hierbabuena o la rosa
Tampoco el de la azucena, el clavel o la albahaca.

No es el arco iris de flores colgadas en las paredes
Ni el añil de las macetas sobre el blanco de infinitas capas de cal
Tampoco el suave cantar en la madrugada del incansable caño en la fuente, o del grillo en noches de verano.

No es el agua fresca del pozo o del botijo
Ni el cubo en el brocal o la lata de regar enganchada en larga caña
Tampoco el empedrado del suelo, el lavadero de piedra o el barreño de zinc al sol.

No es la fresca sombra de un limonero en la hora de la siesta
Ni la buganvilla cubriendo el viejo muro
Tampoco la parra, que paciente espera que llegue la “Virgen de Agosto” para ser descargada.

No es el olor a pepino del gazpacho, en el refrescar de cada anochecer
Ni la abuela con su delantal y un manojo de jazmines en el moño, adormecida por el vaivén de su vieja mecedora
Tampoco un baile por sevillanas o el sonar de una copla.

No es la pátina de rocío cubriéndolo todo tras las noches de relente
Ni la cancela o la reja, testigos de nocturnas rondas con capa y sombrero o de serenatas con embrujo y música de Ramón Medina, en tibias noches abrileñas
Tampoco en un rincón colgado un cordobán o el azulejo en el zaguán.

No; no es eso
Un patio en Córdoba es…todo eso y muchísimo más…

1 comentario:

  1. Hay que ver cómo está el patio.
    ¿Florido?
    No, bordao. Tú lo has bordao.

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